Valparaíso, las marchas y el freno de emergencia.



El tiempo aquí en Valpo está loco, ayer amaneció nublado, por la tarde salió el sol, luego chispeó, y hoy ha vuelto a amanecer nublado.. pero se agradece el fresquito por las mañanas. Estos días hemos conocido una parte de la ciudad, lo que aquí llaman "el Plan", es la zona más o menos llana, la zona del puerto. En ella, hay una parte turística, donde se concentra el casco histórico y donde algunas fachadas están rehabilitadas, hay zonas de pubs y las calles rebosan de vida todo el día. Luego está la parte por donde está nuestra pensión, una semiperiferia sucia y degradada, pero en la cual, por las mañanas se llena de pequeños comercios, mercados, vendedores ambulantes, y manadas de perros con rastas controlando sus territorios.

Eso es "el plan", pero luego están los cerros, con los racimos de casas abigarradas y las calles estrechas. Están situados como vigilando la ciudad, amenazando en todo momento la paz de los turistas (todos los días oímos historias de asaltos, yo creo que en parte son historias que advirten que no somos de allí, que no seremos bien recibidos y así evitan la mirada canibal de los turistas a los que les gustaría escudriñar en su miseria para sentirse a salvo cuando lleguen a casa). Todas las mañanas sus habitantes bajan de ellos para montar los mercados, los puestos ambulantes de frutas, de papeles del váter (es un artículo de lujo, me recuerda a la Cuba del periódo especial, con la diferencia de que el mundo cree que Chile es un país rico!), venden toda clase de cosas que en el primer mundo desechamos, baterías de móvil, cables usados, cassettes... como en los mercados de los suburbios en Casablanca o Marrakech. Por la tarde desaparecen, como si al ponerse el sol fueran a convertirse en una especie de hombres lobo, o fueran perseguidos como los parias que son en su propio país (los carabineros o “pacos” controlan estas zonas, los cerros no).

Abajo dejo un vídeo de Zizek, muy elocuente, sobre la relación entre la ideología y la manera de hacer, de producir. Aquí los váteres son de esos antiguos donde la mierda flota. No creo que tenga nada que ver con la ideología, más bien con la imposibilidad de esconder la mierda... la gente mantiene la dignidad, todo está lleno de murales, pintadas, hacen conciertos en los liceos (institutos) grupos de Rap que gritan que “el pueblo unido jamás será vencido”, pero las élites vende patrias intentan degradarlos constantemente, les roban la educación, la sanidad, destruyen sus comunidades con represas (el agua se privatiza y la controla Nestlé, el mercado financiero también y se lo regalan al Santander o al BBVA), los colonizamos económicamente, pero también mentalmente, es curioso que copien un modelo de desarrollo al que llegan tarde, un modelo de desarrollo que aquí no ha servido y que en Europa se va al carajo.

Marx entendió la Revolución como la locomotora de la historia, en la que el proletariado tomaba las riendas de un tren llamado progreso (la visión profana de la salvación, compartida con la ideología burguesa), cuyo destino, inexorablemente, era el comunismo. Más tarde, Walter Benjamin, en un contexto totalmente diferente, contradijo esa visión histórica, entendiendo la Revolución como un freno de emergencia. Para él, la locomotora de ese tren se dirigía a un abismo que significaba nuestra propia destrucción. Ese freno era la única manera de cambiar de rumbo, la Revolución, por tanto, permitía parar el continuum de la historia (de la historia clasista de los vencedores), observar la historia desde la perspectiva de las víctimas, y por último, ensayar otros caminos que no condujeran a la autodestrucción.

Las movilizaciones estudiantiles en Chile en eso están. Frente a la visión de los que creen que éstas responden a demandas sociales que el mismo sistema ha generado, modelo que tiene que ver a su vez con esa visión mecanicista de la historia que es el progreso, se antepone la necesidad de frenar la carrera economicista que supone el capitalismo. Frente a los aumentos de presupuesto en educación, de dotación de becas y ayudas, los estudiantes demandan un cambio de modelo, frente a una educación existente segregadoramente clasista, anteponen una educación crítica y gratuita. Pero a su vez, visibilizan un sistema político y económico que sitúa a Chile entre los países más desiguales del mundo, estableciendo así una relación directa entre la política existente y la vida cotidiana de la mayoría de los chilenos.

Por eso digo que la trinchera es muy visible aquí...

http://www.youtube.com/watch?v=XfOa8G8J72g

Comentarios

  1. Rafa, que bueno leerte, me has hecho recordar la capital de mi país, al puesto de comida formado por unos cuantos tablones y un techo improvisado, que tenia mi tía, al cual bajaba todos los días para dar de comer a los que esperaban el autobús.

    Tienes toda la razón, las desigualdades sociales en Latinoamérica son el pan nuestro de cada día. La privatización de los servicios públicos se predica como la solución a los problemas de gestión y calidad, cuando es todo lo contrario, lo único que provocan es menos acceso y más marginalidad, haciendo la brecha entre ricos y pobres más y más grande.

    Gracias por compartir tu visión de Chile. Un abrazo desde la madre patria, jajajja..

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